COMIDA DE VERANO

COMIDA DE VERANO

Las comidas de verano, por norma general, suelen ser comidas más refrescantes, húmedas, ligeras, y además, contienen un mayor aporte de verduras y frutas. Comer de forma suave ayuda a minimizar el esfuerzo de nuestro sistema digestivo y a sobrellevar mejor el aumento de la temperatura, tanto del exterior como la del mismo cuerpo humano, especialmente durante la digestión en que sube la temperatura de nuestro interior. 

Aligerar la cantidad de los alimentos de una toma para evitar precisamente el exceso de calor posterior, le llamamos tener digestiones ligeras y no todo el mundo está acostumbrado a ellas. Hay personas que si no sienten la pesadez final, creen que no han comido suficiente o no se sienten satisfechas. Es a lo que se han acostumbrado mediante los hábitos diarios. Las comidas pesadas pueden ser somnolientas debido a la gran energía necesaria para hacer frente a una digestión. Por eso, antes de viajar es conveniente no comer demasiado ni muy calóricas debido al gran esfuerzo que hace nuestro organismo para llevar a cabo dicha digestión. La kilocaloría (kcal) es una unidad de calor, lo que significa que es la energía que nos da cada tipo de alimento para llevar a cabo todas las funciones: las proteínas e hidratos con 4 kcal/100 g y las grasas con 9 Kcal/100g de alimento. Las verduras, con pocas kcal, es la base fundamental del estío, es menos calórica y mucho más digerible que el resto: la mayor parte es agua, vitaminas, minerales, y casi cantidades imperceptibles de grasa o proteína con algo de hidratos de carbono que les suele dar su dulzor natural.

Este tipo de comida estival también conlleva, para nuestro organismo, una reposición de líquidos y minerales constantes que se van perdiendo debidos a una mayor transpiración corporal. Dicha transpiración es la respuesta física al calor exterior para refrescarse. Beber zumos de frutas es una buena forma de aportar los minerales y vitaminas de forma natural, sin comprar productos elaborados: una limonada, un zumo de melocotón,… 

Otro punto a destacar en esta época es que los alimentos se suelen comer fríos y crudos. 

Vamos por partes. La temperatura fría de los alimentos y elaboraciones ayuda a apaciguar un poco el calor sofocante del exterior. Pero ¿es realmente bueno para nuestro organismo comer alimentos fríos? Los alimentos fríos no ayudan a una buena digestión, más bien la enlentecen porque el organismo debe calentar la comida para hacer todo el proceso de la digestión. Nuestro cuerpo tiene una temperatura aproximadamente entre 35-37ºC y los alimentos deben ser transformados a esta temperatura justo al iniciar del proceso digestivo. No consumir alimentos calientes puede llegar a provocar estreñimiento. Debemos combinar alimentos fríos y calientes o tomar alguna infusión por la mañana para ayudar a arrastrar el contenido digestivo. Los alimentos de desecho no deberían estar mucho tiempo almacenados ni estar en contacto con nuestras vísceras excesivamente.

Aunque parezca extraño, en países donde el calor es extremo, se consumen alimentos calientes para luchar contra el exceso de temperatura. Es lo mismo que tomar una ducha caliente. Cuando sales a la calle no tienes tanto calor porque no hay el contraste de temperaturas entre el cuerpo y el exterior.

Por otro lado, el comer alimentos en crudo nos permite aprovechar mejor todas las vitaminas hidrosolubles y minerales que no se han destruído por la cocción. Las vitaminas se destruyen básicamente por tres motivos: por la excesiva cocción, por dejarla en remojo cortada o por la cantidad de tiempo transcurrido desde que es cortada de la planta. Comer con más vitaminas depende de nosotros y de nuestros conocimientos. El almacenamiento de las frutas y verduras en casa, aunque sea en nevera, va disminuyendo con el paso de los días. Por eso es imprescindible consumir los alimentos lo más rápido posible desde su compra porque tampoco sabemos cuando se arrancó del suelo, ni de un árbol ni cuánto tiempo hace que está en la tienda donde hicimos la compra. En resumen, cada día que pasa disminuye un 5% su cantidad en nutrientes.

En esta época del año, en la que aumenta el consumo de frutas y verduras, debemos aprovechar a hacer un poco de limpieza en nuestro sistema digestivo. Dedicar una cena o varias cenas a consumir sólo fruta ayudará a nuestro cuerpo a depurarlo, a desinflamarlo y sobre todo a nutrirlo de vitaminas, que es la función de la comida en verano. También supone un descanso para nuestro interior que se traduce en una bajada de peso y un aumento de la energía.

Todos hemos oído hablar sobre curas de cerezas o limpiezas de piña. La finalidad de estas depuraciones es la de hacerle un “reset” a nuestro cuerpo aprovechando que nuestro organismo no necesita tanta energía. En invierno las cosas cambian, el cuerpo debe subir su temperatura para luchar contra las temperaturas exteriores frías. A más frío, más energía. Y se necesita la energía que proviene de los alimentos, tanto en cantidad como en calidad, con alimentos más contundentes y calóricos. 

Y cuando se viene de una época de frío hay que “limpiar todas las tuberías” para hacerlas más fluidas y de esto se encargan los alimentos veraniegos. Si nos fijamos en los alimentos de verano, los que nos brinda esta época de calor, son básicamente alimentos llenos de agua repleta de vitaminas: tomate, pepinos, cebollas tiernas, sandía, melón,… Las podemos tomar en forma de zumos, ensaladas, ensaladas líquidas, entrantes, postres, y todo lo que se pueda recurrir.

 

LAS ENSALADAS

El plato estrella del verano es sin duda la ensalada. Según la RAE la ensalada es un nombre femenino y se define comoHortaliza o conjunto de hortalizas mezcladas, cortadas en trozos y aderezadas con sal, aceite, vinagre y otros ingredientes”. En definitiva, es una elaboración de alimentos crudos aliñados. Un alimento crudo contiene su máxima expresión en vitaminas y minerales y están considerados como los más saludables.

En estos últimos años las ensaladas han evolucionado espectacularmente en todos los sentidos: tipos de elementos, contraste de temperaturas, diferentes texturas en un mismo plato, decoraciones,… También se puede hablar de clasificaciones aunque en general existen las ensaladas sólidas y las líquidas, las clásicas como la Waldorf, los tártars, los carpaccios, las exóticas, las tradicionales, y podríamos continuar porque la lista es interminable. 

Y qué decir de los aliños! Los hay de todo tipo de mezclas y sabores. Y al igual que las ensaladas, la lista no se acaba. Las vinagretas son diferentes en cada país. Existe una clasificación o denominación en la que varía según el tipo de aceite o ácido usado, por ejemplo la francesa lleva mostaza para ligar. Por lo que, es conveniente tener en nuestra cocina varios tipos de vinagres o aceites para crear ensaladas diferentes a partir de su aliño. Por ejemplo, a una ensalada de verano se le pueden añadir frutas y para su aliño es preferible un vinagre aromático y frutal como el vinagre de manzana. Si las frutas son ácidas, prueba añadir un toque de vinagre balsámico que es dulzón y a un gazpacho un vinagre de vino tradicional mezclado con un toque de vinagre de jerez. Como se puede ver, jugar con los ingredientes puede significar un antes y un después en la elaboración propia de ensaladas.

Si te gusta variar y crear una ensalada con diferentes texturas y sabores puedes usar como referencia esta lista para tener en cuenta y abrir el abanico de posibilidades en tu plato:

  • Hojas frescas de diferentes ensaladas
  • Dulce: zanahoria, frutas, fruta seca, 
  • Crujientes: frutos secos, semillas, pan frito
  • Ácido: frutas como frambuesa, vinagreta de limón, 
  • Cremoso: quesos, aguacate, hummus, 
  • Salsa o vinagreta

 

#comidadeverano #ensaladas #vinagreta

DIETA ANTIINFLAMATORIA

DIETA ANTIINFLAMATORIA

En estos últimos años el concepto de dieta antiinflamatoria ha llenado muchos artículos, pero ¿qué es exactamente una dieta inflamatoria y para qué sirve?

La inflamación es un proceso natural que ayuda al organismo a luchar contra algunas enfermedades y es parte de la autocura de nuestro propio cuerpo ante cualquier elemento perjudicial. Pero muchas veces, el sistema inmunitario no responde correctamente y entonces se produce una inflamación crónica de bajo grado. Dicha inflamación puede ser constante en la vida y dañar nuestras células y lo pueden hacer en diferentes grados con enfermedades como: psoriasis, asma, artritis reumatoide, enfermedad de Crohn, lupus, síndrome intestino irritable o incluso cáncer. Los síntomas que tenemos para saber si estamos inflamados pueden ser los siguientes: dolores articulares, cambios de humor repentino, cansancio o agotamiento, problemas para regular el apetito o cuando te cuesta concentrarte.

Una vez sabemos qué es la inflamación, vamos a ver acciones qué elementos hay que evitar en nuestro día a día básicamente: consumir alimentos procesados, carnes rojas, azúcares procesados, harinas refinadas, grasas hidrogenadas, aditivos, alcohol, tabaco y cualquier sustancia tóxica en forma de cosméticos. La ropa que llevamos o la contaminación pueden desencadenar o empeorar la inflamación. Otros como el estrés, la ansiedad de la vida, un estilo de vida sedentario o dormir mal son silenciosos pero pueden ser un detonante. 

Unas pautas generales para adoptar un estilo de vida más natural pueden ayudar a disminuir la inflamación: reducir las fuentes de estrés y saber generar calma, tener una rutina de sueño, hacer ejercicio regular, consumir una alimentación antiinflamatoria e incluso utilizar cosméticos más naturales.

Para disminuir la inflamación, la dieta es indispensable para crear nuevos hábitos diarios. En general tiene que ser una dieta rica en fibra para crear una buena microbiota y alimentos ricos en omega 3 y 6 porque son antiinflamatorias. También hay que gestionar la glucosa e insulina con sencillos actos como: evitar comer en exceso, evitar el picoteo, espaciar las comidas 3-4h.

Una dieta antiinflamatoria se basa en una gran variedad de alimentos que sean ricos en nutrientes y que contengan una gran variedad de antioxidantes (vitaminas y minerales): cereales enteros, grasas saludables, frutas (sobre todo frutas del bosque) y verduras, sobre todo verdes, ricas en hierro (principalmente kale, espinacas y brócoli), hidratos de carbono de tubérculos, legumbres que contienen grasas de calidad que ayudan a la absorción las vitaminas liposolubles, semillas, germinados, alimentos con grasas con elevado contenido en ácido alfa linoleico (omega-3) (salmón y atún, semillas, frutos secos), proteínas magras, hierbas y especias antiinflamatorias, AOEV y fibra. También se ha añadido los probióticos y la fibra como alimentos indispensables. Utilizar siempre ingredientes naturales y frescos con pequeñas cantidades de proteína. La dieta mediterránea es un claro ejemplo de dieta antiinflamatoria.

Los productos frescos contienen las vitaminas y minerales necesarios para luchar contra la inflamación a diferencia de los procesados que los han perdido debido a tratamientos excesivos de calor, una baja calidad del producto o un envasado de larga duración.

La dieta antiinflamatoria se basa sobre todo en el consumo de frutas y verduras, ya que éstas contienen los antioxidantes necesarios para enfrentarse a los radicales libres. Los antioxidantes son moléculas que destruyen a los radicales libres que se generan en la alimentación, como por ejemplo comer fritos con aceite usado repetidamente, fumar o tener estrés. Naturalmente, nuestro cuerpo genera algunos antioxidantes, pero la dieta puede contribuir a su mejora.

Algunos alimentos contienen una cantidad superior de antioxidantes que deberíamos añadir a nuestra dieta diariamente. Estos alimentos frescos nos permiten luchar contra la inflamación, por lo que tener unas recetas sencillas para utilizarlos en nuestras cocinas ayuda mucho para introducirlos en la dieta. He aquí la lista de alimentos y alguna receta para saber cómo prepararlos:

  • arándanos: tartaleta de arándanos
  • gerds
  • chocolate negro
  • alcachofas
  • nueces pecanas
  • fresas
  • col roja
  • judías secas
  • uva roja
  • espinacas
  • remolacha: carpaccio de remolacha
  • coles, kale
  • verduras naranjas (boniatos, calabaza, zanahoria): otoño
  • curcuma: curcumina
  • jengibre
  • salvia, tomillo, orégano, 
  • clavo y canela

La conclusión que lleva a cabo el documento científico es que numerosos estudios sobre vegetarianismo e inflamación muestran bajas concentraciones de biomarcadores inflamatorios entre vegetarianos comparados con omnívoros. La dieta vegetariana, contiene todos aquellos alimentos necesarios para evitar la inflamación porque son consumidores de frutas, verduras, legumbres, frutos secos, legumbres, cereales integrales y grasas vegetales. Pero también son buenas dietas la Mediterránea y la DASH (para hipertensos).

Resumiendo, en general qué debes consumir:

  • verduras crudas tipo ensalada, carpaccios,..
  • fruta fresca: 2-3 raciones/día
  • verduras no cocinadas excesivamente
  • alimentos frescos de temporada (contienen más vitaminas)
  • cereales integrales
  • dieta muy variada
  • cenar ligero y pronto
  • hidratación 2 litros de agua 6-8 vasos (infusiones)
  • hierbas como el anís, menta, cardo mariano, hinojo, cola caballo, diente león, tienen propiedades depurativas para nuestro hígado
  • alimentos probióticos: kombucha, kéfir, chucrut, yogur, 

 

#dietaantiflamatoria #dietamediterranea 

LAS NUEVAS TENDENCIAS ALIMENTARIAS

LAS NUEVAS TENDENCIAS ALIMENTARIAS

Como profesora de cocina llevo años escuchando sobre nuevas tendencias en cocina y alimentación en ferias gastronómicas. En este último fórum al que asistí las tendencias son clarísimas y van hacia el mundo plant-based en cualquier dirección, sea sala, cocina o pastelería. En cualquier ámbito las verduras tienen su hueco y además un gran hueco. Las verduras tienen el poder de hacerlo todo más bueno, de mejorarlo y hasta de ser superior a otras opciones. El mundo vegetal nos ha dado ese aire fresco que necesitan los platos y esa alegría inocente que despierta los sentidos.

Pero este camino recorrido no ha llegado ahora, ya lo sabemos. La entrada ha sido paulatina pero afianzada. Y ha llegado para quedarse porque es la solución al aburrimiento visual, a la explosión del gusto y sobre todo al certero deseo de mejorar nuestra salud. Si no hay verduras no hay salud. Y es que lo tienen todo.

La tendencia hacia las verduras van estrechamente ligadas a la salud, algo primordial hoy en día. La vivencia como ser humano de una pandemia ha puesto en relieve nuestra vulnerabilidad y la inmunidad ante virus y bacterias. Esto ha acelerado el proceso del veganismo y vegetarianismo que venía lentamente ya que son los alimentos que nos suministran las vitaminas y minerales y construyen un muro contra radicales libres, células malignas o cualquier otro microorganismo destructivo.

Los restauradores necesitan vender salud y los clientes la ansían mientras disfrutan de un plato y se socializan. Sin colorantes ni aromas artificiales, la naturalidad es lo que manda hoy en día como bien social. Otros puntos que necesita el cliente, y digo necesita porque esa es la palabra (quizá ambiciosa pero bien cierta) es ver que se utilizan los alimentos en la temporada en que son cosechados. Pues tiene su explicación, ya que cada alimento tiene su estación del año, su momento óptimo para ser consumido y realzar sus funciones como alimento nutritivo. Durante su época de recolección el alimento en sí conlleva los máximos nutrientes y va acompañado de los colores de este período de tiempo. Cada color es una vitamina diferente, un nutriente distinto y adecuado a nuestras necesidades humanas en la posible reparación de la salud más habitual de ese momento, como por ejemplo los resfriados en invierno acompañados de la vitamina C de la naranja.

Otra tendencia en la alimentación es que nos gustan los sabores familiares, platos de toda la vida que han sido modernizados. Pensemos que son sabores y mezclas de ingredientes conocidos y además, nos gustan. La tradición es sinónimo de saber hacer y muchos chefs y cocineros rescatan platos y sabores que tenemos grabados en nuestra retina. Entonces, es un valor seguro que además tenemos la obligación de preservar. Es nuestro legado cultural, y las madres que nos dieron de comer esos manjares están desapareciendo y con ellas todo su saber. Saber que les llegó a ellas generacionalmente por ser mujeres, que conlleva el cuidado de los hijos como obligación de un sistema patriarcal. Fueron sobrevivientes de la precariedad alimentaria y que supieron, mejor que nosotros, alimentarse y preservar la naturaleza al mismo tiempo.

Y esto marca la siguiente tendencia, la sostenibilidad del producto, conocer de dónde viene y cómo ha sido recolectada es primordial. Así como que no se desperdicie en su proceso de elaboración. Hoy en día queremos saber que todo es aprovechado y que las manos o el lugar donde se ha recolectado dicho alimento están totalmente limpias. Labradas con productos lo más naturales posibles. Aunque muchas veces difiero de este punto. La sociedad aún no está preparada, gastronómica y culturalmente hablando, de querer saber qué pesticidas lleva el producto de la tierra que va a consumir ni si la ley europea del glifosato finalmente no se deroga. Aún falta pero debemos informarnos más, interesarnos más por el campo realmente en todos los niveles porque al final va a estar en nuestras mesas y menús. Comprar siempre productos de nuestro país es apoyar a nuestros agricultores, interesarse por su trabajo, también.

En cuanto a los postres, la parte dulce de los menús, existen unas tendencias que van unidas a todas las que hemos nombrado. Para empezar nos hemos vuelto menos dulces y por tanto no queremos que el dulce añadido no enmascare los gustos naturales y si puede ser un azúcar más saludable mejor. Son azúcares en los que su sabor es más suave, compuestos de melazas y sabores intrínsecos ricos en nutrientes con aromas de regaliz o canela.
Las porciones también gustan menos copiosas, elaboraciones sencillas y ligeras, pocos ingredientes, sabores naturales, en definitiva más saludables.

También nos encanta encontrar diferentes texturas en un mismo plato así como diferentes temperaturas. Esto ya nos viene de antaño, no es novedad alguna. Tenemos un clásico de la cocina francesa “Crêppes Suzette” donde encontramos una crêppe flambeada al Grand Marnier y con el colofón de una bola de helado de vainilla. Realmente uno de los mejores postres que conozco.

La palabra sorpresa nos maravilla. Es como hacernos un regalo sin saberlo con anterioridad y una gran experiencia personal. ¿Y cómo no? Con verduras. Cada vez su uso es más frecuente y natural en postres encontrar calabazas, boniatos, remolachas e incluso apio o pepino. Y ya puestos a sorprender usar técnicas de cocina asociadas a la cocina salada como unos melocotones a la parrilla o salsa de yogur ahumada.

El postre de restaurante es diferente al propio de una pastelería. Y esa diferencia nos gusta apreciarla como variedad del mundo gastronómico. Éste debe consistir, como una regla no impuesta, de una parte sólida o elemento principal, un crujiente, una salsa, así como elementos aireados o espumas. Y en general debe ser un postre húmedo, fácil de comer, untuoso en nuestras papilas gustativas para esta parte final de las comidas en las que siempre queda un hueco.

En cuanto a la sala, la tendencia también viene de la mano del mundo vegetal. Se han introducido nuevas bebidas para el cliente que no quiere alcohol. Bebidas naturales como la kombucha casera de “Les Cols” de Olot con sabor a remolacha o jengibre, vinos más sostenibles, cócteles sin alcohol, cervezas más naturales, infusiones de piel del grano de café o su flor y en definitiva un mundo más cuidadoso con nuestra salud.

Las tendencias en la alimentación dependen de nosotros, los clientes. Los estudios son un resumen de lo que quiere el cliente (estudio de tendencia del postre; Puratos). Debemos ser conscientes de que cada vez que pedimos un plato, un menú, un café, una bebida, la elección de un restaurante, el tipo de servicio de éste, dejar de ir a una tasca, comprar una alimento u otro, hablar bien de un establecimiento o criticarlo, estamos colaborando en cada acción y apoyando a todo un sistema. Nuestra elección y cada una de ellas es más importante de lo que pensamos y en nuestras manos está el futuro de la gastronomía, englobando como tal a todo un sistema que se nutre de este maravilloso mundo de la comida: restaurantes, bares, agricultores, pescadores, nutricionistas e incluso médicos. Porque la elección va a parar a nuestro organismo, pero de ese tema ya hablaremos otro día.

DIA DEL VEGETARIANISMO

DIA DEL VEGETARIANISMO

El día 1 de octubre es el día mundial del vegetarianismo desde el año 1977. La Sociedad Vegetariana de Norteamérica eligió esta fecha como reivindicación de este tipo de dieta y al año siguiente la Unión Vegetariana Internacional lo convirtió en el día mundial. Para tener un espectro más amplio, en cuanto a la disminución del consumo de carne, se celebra durante la primera semana de octubre la “Vegan Week”. E incluso el “Mes del Vegetariano”.

Sin duda, el objetivo es depurar nuestro organismo con productos de la tierra. Más allá de los días establecidos por un calendario, es importante no consumir carne o productos derivados una vez a la semana o un fin de semana al mes. Nuestra salud nos agradecerá la limpieza de nuestro cuerpo. 

El vegetarianismo no es una moda, ya existió en la antigua Grecia y personajes ilustres de entonces y famosos de hoy en día son vegetarianos. Leonardo da Vinci, Pitágoras, Voltaire, Rousseau, Miguel de Cervantes, Charlotte Brontë, Louisa May Alcott, Tomas Alva Edison, Nietsche o Einsten fueron fervientes defensores de este tipo de alimentación saludable. Fueron defensores de los derechos de los animales o criticaban el consumo animal. Hoy en día personajes conocidos como Paul McCartney, Novac Djokovic, Lewis Hamilton, Stella Mc Cartney, Natalie Portman, Michelle Pfeiffer, Brad Pitt, Brigitte Bardot, Jane Goodall, Bryan Adams, Dani Rovira, Alaska o Alejandro Sanz son solo unos ejemplos de cambios de la alimentación y pensamiento hacia el bienestar personal y saludable que conlleva este tipo de alimentación. La cantidad de personajes célebres vegetarianos demuestra que hagas la actividad que hagas: físic@s, científic@s, escritore@s, deportistas de élite, cantant@s, actores o actrices, diseñador@s o cociner@s son los mejores en su campo aún siendo vegetarianos.

En los años sesenta, cuando el vegetarianismo empezó a consolidarse y se hablaba de ecologismo, ya aparece la hipótesis –demostrada posteriormente– de que una dieta pobre en carne es capaz de prevenir e incluso revertir algunas enfermedades crónicas como las coronarias.  A partir de entonces se genera una corriente alimentaria que aboga por cuidar el bienestar animal para mirar por la salud y el futuro del planeta.

En los años ochenta, se generan más asociaciones a favor de los derechos de los animales. También en la misma época entran con fuerza las asociaciones medioambientales en las que se ve el vegetarianismo como una forma de reducir la huella ecológica.

Desde entonces han proliferado los productos ecológicos frescos y productos elaborados plant based en supermercados de todo tipo con secciones que van in crescendo. También los restaurantes añaden platos vegetarianos en sus cartas y menús. Los restaurantes vegetarianos y veganos ya se han normalizado en nuestra sociedad. Y los restaurantes con estrella introducen platos vegetarianos con el mejor estilo además de prácticas sostenibles que se premian con la estrella verde Michelin. Las escuelas ya ofrecen opciones vegetarianas en sus menús. El fenómeno vegetariano se está regularizando y está creciendo a pasos agigantados, tal como muestran los números.

Según la Unión Vegetariana Española en 2021, el 1,5% de la población adulta española era vegetariana; el 0,8%, vegana y el 10,8%, flexitariana. Hoy en día, el 7,8% son vegetarianos o incluye algún producto animal de vez en cuando. El motivo por ser vegetariano lo son por motivos éticos y animalistas, por la sostenibilidad y por motivos de salud. En el mundo, entre el 5% y el 8% són vegetarianos y el país más vegetariano del mundo es la India. 

La emergencia climática ha puesto en relieve la necesidad de consumir menos carne y así hacer más sostenible nuestro planeta. La OMS ya recomendó en su día la disminución de su consumo. El exceso de carnes rojas y procesados son productos carcinógenos. Además, con el creciente aumento de la población mundial, existe un problema de autoabastecimiento de proteína real y que debemos tener en cuenta a la hora de tomar nuestras decisiones alimentarias y en consecuencia, de salud. Debemos apartar un poco la carne para que sea algo inusual en la dieta diaria y transformar nuestras creencias hacia una vida más saludable con proteínas vegetales.

Escoger este tipo de alimentación es una elección muy personal de la que médicos y especialistas señalan numerosas ventajas: disminución del colesterol y enfermedades circulatorias, presión arterial más baja, prevención de la osteoporosis, pérdida de peso, previene la diabetes, mejora del asma o previene el cáncer entre otras. Aunque también tiene inconvenientes como falta de vitamina B12 , cantidad suficiente de proteína, calcio o hierro, pero que pueden ser fácilmente alcanzadas con un buen conocimiento de la dieta vegetariana. Entender cómo funciona la alimentación y ésta en especial, es imprescindible hoy en día para no caer en carencias. Algo que también ocurre en la forma tradicional de comer.

¡Que tengas un buen día vegetariano!

 

https://www.lantern.es/papers//the-green-revolution-entendiendo-el-auge-del-mundo-veggie

#DíaInternacionaldelVegetarianismo #DiadelosVegetarianos

SOPAS Y CALDOS PARA MEJORAR LA SALUD

SOPAS Y CALDOS PARA MEJORAR LA SALUD

Después de las fiestas y celebraciones Navideñas nuestro cuerpo se ha estresado comiendo gran cantidad y diversidad de alimentos. Comer en exceso puede llevar a una indigestión por el simple hecho de apurar el volumen permitido del estómago y en consecuencia, la posibilidad de tener un reflujo de ácidos hacia el esófago. Además del reflujo, gases e hinchazón, también se acompaña de un aumento de peso y alteración de las hormonas del apetito.

Entonces es cuando hay que ayudar a nuestro estómago para regular de nuevo el sistema digestivo mediante elaboraciones fáciles de digerir con la finalidad de devolver la salud a nuestro estómago, la microbiota y el sistema digestivo en general. Deben ser elaboraciones que no usen mucha energía por nuestro cuerpo en su absorción y pueda restablecer la microbiota en los intestinos, nuestro segundo cerebro. Estas elaboraciones son las sopas, caldos y cremas, elaboraciones líquidas con pocos ingredientes y cocciones de hervido muy fáciles de asimilar por nuestro sistema digestivo. Se toman con cuchara y no se mastican, más bien se sorben por lo que el trabajo de trituración es básicamente nulo. Para que sean además curativas, se usan alimentos que tengan alguna propiedad excepcional como por ejemplo, el ajo o la cebolla que son cardiovasculares o prebióticas.

Todas estas elaboraciones mencionadas tienen dos grandes puntos en común: la hidratación y el calor. El calor es fundamental para el restablecimiento personal, en general. En épocas de frío también son muy recomendables para hacer entrar en calor todo el cuerpo y ayudar a no coger tantos resfriados. El mantenimiento de la temperatura corporal es vital y no debe haber descompensaciones significativas. El bienestar que sentimos los seres humanos al consumir alimentos calientes es vasto: relaja el estómago, son más digestibles, se notan más los sabores y se ralentiza el proceso de masticación, deglución y absorción. La parte negativa del calor es la pérdida nutricional de las vitaminas hidrosolubles en la cocción. Hay que evitar elaborar estos manjares líquidos con altas temperaturas y tiempos de cocción excesivos.

La hidratación también es un punto realmente sustancial. Estamos formados por un 60-70% de agua en general (tenemos diferentes porcentajes según el órgano) por lo que todas las funciones de nuestro organismo necesitan básicamente agua. La digestión no es diferente, y las proteínas y las grasas son los nutrientes que necesitan más agua para su asimilación. Estas elaboraciones líquidas permiten restablecer el nivel de líquidos del cuerpo perdidos por el exceso de comida y consecuente digestión, y a mantener una hidratación óptima para la recuperación.  

Todos estos consejos y conocimientos también se pueden trasladar cuando estamos convalecientes. Cuando estamos pasando por un resfriado, malestar o cualquier enfermedad leve, el cuerpo debe luchar con toda su energía contra dicha enfermedad. El cuerpo humano no puede destinar mucha energía a la digestión, que por cierto, necesita mucha para llevar a cabo todo el proceso digestivo. No entorpecer el destino de la energía hacia la recuperación de la salud debe ser nuestro objetivo, es decir, mediante un trabajo leve como son el consumo de las sopas y caldos, unas elaboraciones sencillas y de fácil asimilación.

El consumo de estas elaboraciones también ayudan en las dietas de adelgazamiento porque son muy saciantes. Según un estudio llevado a cabo, estos alimentos líquidos son más saciantes que los alimentos sólidos aunque tengan menos cantidad de nutrientes. Seguramente el volumen que ocupa en el estómago influye en la sensación de plenitud. Consumir sopas y cremas al inicio de las comidas es una buena estrategia para bajar peso día a día y mantenerse hidratado.

En cuanto al momento más adecuado para su consumo es en las cenas aunque va perfecto como entrante de cualquier comida. Por la noche antes de ir a la cama, es el momento en que vamos a descansar y donde tenemos un consumo mínimo de calorías. No necesitamos energía para dormir pero sí confort para ayudar a conciliar el sueño mediante un calor corporal y poco trabajo digestivo a realizar.  

La sopa y el caldo son elaboraciones que ayudan a limpiar, hidratar y revivir nuestro sistema digestivo. Habría que definir primero qué es un caldo y qué es una sopa. Y quizás habrá que añadir qué es una crema. Inicialmente vamos a ver los diferentes matices de estas elaboraciones según el diccionario Wikipedia* y después voy a añadir datos de mi propia experiencia culinaria.

*Un caldo es, en gastronomía, un líquido que resulta tras hervir en agua uno o varios ingredientes, por regla general carnes, pescados o vegetales (es decir un fondo) al que se añaden cereales, pasta, verduras.

El caldo es un reponedor de nutrientes, como un isotónico de la alimentación. También lo considero un limpiador de todo nuestro sistema digestivo: agua caliente con minerales que pasa rápidamente a modo de desatascador. Se absorbe casi de inmediato y nos permite entrar en calor al momento. Si es un caldo vegetal, hay que cocinarlo como mucho 15-20 min y si se prepara a baja temperatura se aprovechan mejor los nutrientes. 

*La sopa es una preparación culinaria que consiste en un caldo alimenticio y uno o más ingredientes sólidos (vegetales o productos cárnicos) cocidos en él.

La sopa se elabora a partir de un caldo, aunque no es estrictamente necesario. La sopa nos permite mezclar alimentos líquidos y sólidos a la vez, aportando lo mejor de cada uno de ellos: la hidratación, sólidos con un aporte de nutrientes extra y un poco de masticación que aún la hace más saciante. Una sopa completa, por ejemplo, lo tiene todo: proteína, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Entonces puede consumirse como un plato único.

*Se llama crema a un tipo de sopa parecida a un puré cremoso, donde el huevo es opcional. La base consiste en una bechamel o una salsa velouté, mezclada con verduras trituradas y enriquecida con crema de leche o nata. 

Esta definición clásica francesa se ha ido disipando hasta lo que hoy en día se conoce como un puré líquido de algún ingrediente en concreto con la que se quiere denominar y espesada con verduras feculentas para obviar las harinas. Tampoco son necesariamente enriquecidas con grasas.

Aparte de consumirse todas estas elaboraciones como plato, también se pueden utilizar para complementar o ser la base para realizar otros platos. Decorarlas con diferentes elementos con texturas crujientes, cortes especiales o simplemente semillas y frutos secos complementan a nivel nutricional dicha preparación. También puede ser el destino de pequeñas cantidades de alimentos o sobras de otras comidas, por lo que ayudan a reciclar alimentos de nuestra nevera. Són fáciles de elaborar, rápidas, suculentas, nos sacian y pueden ser una buena cena. Además, se pueden elaborar en más cantidad para ahorrar energía en los fogones y se congelan muy bien por el alto contenido hídrico. Aconsejo hacerlo por raciones para una rápida descongelación.   

Ahora que ya conocemos qué tipo de preparaciones gastronómicas son mejores cuando nos sentimos mal y su versatilidad, debemos saber cómo confeccionar algunas sopas, cremas y  caldos básicos. Vamos a hacer una serie de vídeos con sopas, caldos y cremas para tener como base para dar ideas a vuestra creatividad. Animaos a cocinar sopas, caldos y cremas, todo son beneficios.

  • caldo de verduras
  • sopa de ajo
  • sopa de lentejas rojas
  • sopa de miso
  • crema de calabacín
DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER

DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER

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El día 8 de marzo es el día internacional de la mujer, anteriormente llamado de la mujer trabajadora. El cambio de nombre se hizo en el año 1975 y se le llamaba así porque hasta hace poco la mujer no podía trabajar, tener nada en propiedad, abrir una cuenta corriente, correr una maratón, divorciarse o hacerse un DNI. Esto ocurrió en nuestro país en el año 1975-1985. Sólo han pasado 4 décadas y en pocos años hemos avanzado muchísimo. El voto femenino fue legal en 1976, reconocido en la Constitución de 1931 y derogado por Franco hasta la Transición Española.

El orígen de la fecha son varios, todos ellos extremadamente importantes. En marzo de 1911 hubo un incendio en la fábrica de confección de camisas Triangle Waist Co de Nueva York. Murieron las 129 trabajadoras y 17 trabajadores, dejando otras 70 heridas. Eran jóvenes inmigrantes de entre 48 y 14 años y las encerraban durante largas jornadas para que no hubiera robos por un mísero salario. A raíz de este trágico suceso empezó a cambiar la legislación laboral. En 1914, es la primera vez que mujeres de toda Europa hacen mítines para solidarizarse a favor de la paz y en contra de la guerra.  En 1917, durante la I Guerra Mundial,  las mujeres y madres rusas, con manifestaciones espontáneas ante el hambre y la desolación, lograron cambios importantes. El 8 de marzo fue el dia en que la Unión Soviética decidió proclamar como día Internacional de la mujer después de lograr el voto, el aborto y el divorcio. Después se fueron añadiendo diferentes países a la misma fecha. 

Esta fecha puede parecer absurda hoy en día pero más allá de lo que ha conseguido nuestra generación, hay que recordar el porqué de este triunfo. Nosotras, las mujeres podemos votar y ser una más en la sociedad gracias al esfuerzo y la muerte de muchas de las que lucharon, literalmente, por tener los derechos que tenemos en la actualidad. Solo por ese motivo, debemos darle la importancia que se merece.

Aún aparecen grandes mujeres de la historia en que su trabajo ha sido obviado o trasladado a un hombre para que este reciba reconocimiento. Marie Curie no hubiera recibido el Premio Nobel si su marido no se hubiera plantado. El comité no  reconocía su trabajo por ser mujer. Esto se repite en campos como la literatura o la medicina.

También, los conocimientos de los que disponemos están basados en la figura masculina. Un ejemplo claro son los síntomas de un ataque al corazón. En los hombres se producen con una opresión en la zona del diafragma y un intenso dolor en la mitad izquierda del pecho que irradia al brazo, mientras que en las mujeres son mucho más habituales la sudoración fría, las náuseas o el dolor en espalda, mandíbula y cuello. Esto significa que los aparatos diseñados para la asistencia cardíaca son más efectivos en hombres que en mujeres.

Hay que resaltar que aún queda mucho por hacer. Aún hay países que no se les permite ir solas, trabajar, conducir, estudiar o mostrar su rostro. Y cada vez que una mujer muere en manos de una pareja, nos recuerdan lo vulnerables que somos. Más allá del feminicidio otros problemas arraigados son la mutilación genital femenina, el acoso, la explotación sexual, el maltrato, los estereotipos, etc.. No hay clase social en este ámbito, y sólo por este motivo debemos apoyarnos como sociedad, hombres y mujeres.

En la hostelería el camino no ha sido fácil tampoco. Las mujeres han sido las cocineras en los hogares pero profesionalmente son menos reconocidas. Ya sabemos que el rol de madre se ha puesto por delante como una de las causas pero lo que ha hecho el hombre ha sido hacer prevalecer su nombre gracias a las leyes y al apoyo social de sus congéneres. Como dato importante, más de la mitad de la población activa dedicada a la hostelería en España es femenina, el 52%, y solo el 40% de los establecimientos de hostelería están dirigidos por mujeres, de los que un 10% tienen estrella Michelin.

Personalmente, puedo dar mi propia visión porque he sido empresaria y chef de mi propio restaurante. El camino no fue nada fácil, desde la perspectiva de tener que demostrar que yo era la propietaria del negocio constantemente (año 1993). -Perdón, ¿podría hablar con el jefe por favor?. Sí, dígame soy yo.- Entonces la cara cambiaba y se ponía tenso para hablar. En ese momento me dí cuenta de que la mayoría de los hombres solo se sienten a gusto hablando con hombres. Afortunadamente esto ha ido cambiando aunque haya aún trabajo por hacer. Ser mandado por mujeres aún es una opción que no agrada en “algunos ámbitos empresariales”.

Pero más allá de la empresa privada donde tú pones tu techo, fuera de allí, cuando eres asalariado todo cambia, las reglas son distintas. Siempre hay un jefe que suele preferir hombres para colaborar, discernir, discutir o apalabrar. Lo que nos deriva a una invisibilidad constante. María José San Román, al frente del restaurante Monastrell, con una estrella Michelin en Alicante, denuncia que «la invisibilidad está arraigada y el talento invisible desincentiva a futuras generaciones. Es un problema mundial cuyo cambio podemos liderar desde España».

Me uno a ella en su opinión como profesora de cocina de FP donde solo el 30% del estudiantado y del profesorado es femenino. Lo que significa que hay que visibilizar y apoyar a este colectivo, sobre todo en hacerles ver que su punto de vista es importante y diferente: la forma de trabajar, de expresarse o de pensar. 

Como jóvenes cocineras que estan dejando huella podemos nombrar, por suerte, muchas que han montado su propio restaurante para abrirse camino. Es el caso de Lucía Freitas con @atafonarestaurante, María Gomez con @magogarestaurante o Lucía Grávalos @mentica_gastronómico. Aunque otras ya abrieron camino hace años como Fina Puigdevall de  @lescols_finapuigdevall o Carme Ruscalleda, ya retirada. A nivel internacional tenemos Dominique Creen con 3 estrellas Michelin @atelier.creen. Este breve resumen de chefs que cada vez es más extenso nos muestra un cambio significativo en la hostelería sumamente esperado.

A todas ellas y al resto de mujeres,

¡Feliz Dia de la Mujer!